Existe en Japón una milenaria que consiste en pegar con oro, las porcelanas quebradas, que tienen un alto valor para el dueño. Al hacerlo, éstas se vuelven mucho más valiosas porque se convierten en obras únicas.
Con humildad en mi corazón, me tomé el atrevimiento de comparar este arte con mi vida; lo último que fue y ha sido para mi entender y sentir que cada ruptura o daño que exista en mí, comparado con cada cicatriz y cada lágrima derramada desde el fondo de mi corazón las ha unido o cicatrizado en amor, ya que lo siento y lo entiendo como el más fuerte de los pegamentos.
En parte, es como el lindo aprendizaje de vida otorgado por la Divinidad y muy apreciado por mí como persona y autora del presente texto que te invito a obtener de manera linda y espontánea.
Estás ante mi historia de vida, la cual te dejo como referencia y se que te dejará lindas enseñanzas de vida.
Después de mi accidente hace ya 33 años, he venido evolucionando en mi salud y he logrado muchos propósitos de vida y es por ello que les invito a motivarse con mis letras, ya que fácilmente tienen la inspiración para mejorar la vida de las personas que como yo, han sufrido algún percance en salud, pero deben saber que siempre existe una salida desde nuestra mente.
Gracias de antemano por tu linda disposición de leerme.
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