Mi alma no tiene prisa

Este libro abarca, en un lenguaje cotidiano, con gran naturalidad, narraciones basadas unas en hechos vividos por el autor, que el con gran destreza reforma y enriquece, otras nacidas de su gran imaginación. El recuerdo de “betzabeth” su amor de juventud nos transporta a nuestra etapa escolar, llena de expectativas y zozobras. “el soporte de mi vida”, recrea el dolor por la pérdida de la mujer amada, donde la columna de una iglesia, a la que vuelve cada mes, se convierte en su apoyo y consuelo y otros donde rememoramos episodios que forman parte de la vida. La imaginación del autor nos cautiva en “el vino y el amor”, con una botella de vino tinto que se vuelve protagonista de una historia de amor, o “enamorados” donde un sombrero se enamora de la puntilla donde lo cuelgan y otros tantos donde convierte elementos de uso cotidiano en cuentos espontáneos y divertidos.